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.Y viene el día en que la mujer
olvida el apellido del vecino
y se despierta a media noche
queriendo adivinarlo en la oscuridad, .
asustada ante las letras difusas
que resisten el esfuerzo de la memoria. .
Con los ojos abiertos sobre la almohada
la mujer ve el gato respirando como niño a sus pies
y ve su casa en la oscuridad
el marido que duerme de espaldas a ella
las puertas lustrosas del armario
los libros apoyados lomo contra lomo en las estanterías
y en la noche detenida abruptamente
por el pequeño tropiezo de no poder recordar el apellido del vecino
piensa en esa casa muchos años más tarde
en las voces que albergará, los pasos que subirán las escaleras
se pregunta qué otros quizás decidirán tirar
la división de madera clara que ella y su marido levantaron
para quedarse en una habitación más pequeña
donde pudieran sentirse más cerca el uno del otro.
Piensa que todo eso que la rodea
se dispersará. Sus cosas, sus libros.
Y que entonces su vida, esas angustias,
-como la de recordar el nombre del vecino-
serán en la oscuridad
vapor de las vidas que fueron
nombres olvidados para siempre.
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.Gioconda Belli
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